Sergio Vargas ofreció un derroche de calidad vocal y su orquesta sonó a la perfección durante el concierto que ofreció entre la noche del sábado y la madrugada de este domingo para celebrar sus 35 años en la escena musical.
«El Negrito de Villa» se adueñó de una abarrotada del teatro La Fiesta del hotel Jaragua, que disfrutó por casi tres horas de la potencia y matices de la voz de uno de más consagrados merengueros, -y por qué no- boleristas dominicanos de las últimas décadas.
Vargas accionó de inmediato las emociones al comenzar su espectáculo con «Si algún día la ves», para poner a bailar a un nutrido grupo de parejas.
A este siguieron temas como «Perdona», «Ciclón» y «Por ella», donde la calidad interpretativa del artista, con chaqueta gris, pantalón negro y tocado con sombrero de este color, se hacía dueña del aforo.
El cantante dio las buenas noches y las gracias al público por acompañarle en «tan importante» aniversario. Luego, la música se detuvo para dar paso a un video en el que Vargas caminaba las calles de la barriada donde nació y se educó en Villa Altagracia.
En la fílmica, el intérprete saludó a vecinos y amigos de infancia, para terminar su recorrido hasta la casa que le construyó a su madre cuando la fama ya había llegado a sus puertas.
Tras la pausa, el merengue volvió a retumbar con los títulos «La tierra tembló», también conocido como «Oh Mariana».
Ya con su público en el bolsillo, Vargas preguntó si los presentes querían (canciones) de las nuevas o de las viejas, para que a seguidas se escucharan los acordes de «La quiero a morir», el emblemático tema que lo catapultó al estrellato con su propia orquesta.
Medio teatro bailó el afamado merengue, mientras la otra mitad se dedicó a filmar con sus celulares el mágico momento.
Los éxitos iban y venían y el público se los gozaba bailando, saltando, coreando frente a un artista contento que parecía cantar mejor con cada tema.
Fiel al aniversario, Sergio Vargas interpretó 35 canciones, entre estas la universal «A mi manera» a dúo con su hermano Johnny Vargas, quien también demostró condiciones vocales extraordinarias.
Ya en la madrugada del domingo el espectáculo se escucharon «Ni tú ni yo», «Mala memoria», «Bala perdida», «Te va a doler», «Vete y dile» y uno de sus más afamados: «La ventanita» y el lugar parecía a punto de reventar.
Los merengueros como Rubby Pérez y Eddy Herrera, y artistas urbanos como El Lápiz Consciente», estuvieron entre los que fueron a respaldar a Vargas y su «filarmónica», como le gusta llamar a su orquesta.
«El Negrito de Villa» demostró estar en condiciones de ofrecer muchos años más de buen merengue y música romántica, como cuando interpretó «Como un bolero», canción escrita especialmente para él por el cantautor José Antonio Rodríguez.
Sin dudas, Sergio Vargas ofreció uno de sus conciertos más aclamados de su ilustre carrera, pues el público no dejaba de ovacionarlo a medida que recorría el escenario para despedirse.