El presidente de Chile, Gabriel Boric, se comprometió este domingo a impulsar un proceso constituyente con el Congreso y las fuerzas sociales y a trabajar para darle celeridad.
«Me comprometo a poner todo de mi parte para construir, en conjunto con el Congreso y la sociedad civil, un nuevo itinerario constituyente (…) Los chilenos y chilenas han exigido una nueva oportunidad para encontrarnos y debemos estar a la altura en este llamado», subrayó.
El mandatario recalcó «dos mensajes» que los chilenos han entregado este domingo: por un lado que Chile «quiere y valora a su democracia» y, por el otro, que «no quedó satisfecho con la propuesta de Constitución».
Ante esta decisión, Boric confirmó que citó a los presidentes del Congreso y a representantes de la sociedad civil este lunes en el palacio de La Moneda (sede de Gobierno) para avanzar en el nuevo camino.
«Llevaremos adelante una ronda de conversaciones para recoger las propuestas de los distintos sectores que se han comprometido ante el país con establecer un nuevo Proceso Constituyente», señaló.
El mandatario indicó que ya ha conversado con algunos de los actores y adelantó que «más allá de las legítimas diferencias», sabe que «prevalece la voluntad de diálogo y encuentro».
En una intervención en cadena nacional, llamó también a toda la ciudadanía «a abordar juntos y unidos la construcción del futuro».
«Cuando actuamos en unidad es cuando sacamos lo mejor de nosotros mismos», dijo.
Durante su intervención, Boric hizo referencia al camino hasta este plebiscito: «No olvidemos por qué llegamos hasta aquí, ese malestar sigue latente y no podemos ignorarlo».
El presidente destacó este proceso electoral como el que ha tenido la mayor convocatoria en las urnas de toda la historia del país.
Por un abrumador 61,8 % frente a un 38,1 %, los chilenos rechazaron este domingo la propuesta de nueva Constitución elaborada por una convención elegida democráticamente tras la ola de protestas de 2019.
El «Rechazo» al nuevo texto se impuso en las 16 regiones del país, incluidas la Metropolitana -que alberga la capital- y la costera Valparaíso, donde ganó contra todo pronóstico con el 55,4 % y el 57,6 %, respectivamente.
El nuevo texto declaraba a Chile un Estado social de derecho -frente al rol secundario de la Constitución actual- y es uno de los más vanguardistas del mundo en materia de igualdad de género y protección de la naturaleza.