Tras volver a proclamarse campeones de la NBA, los Warriors están afrontando una agencia libre en la que les está costando retener a varios hombres que fueron importantes en dicho anillo. Jugadores como Otto Porter Jr. o Gary Payton II ya han cambiado de aires al recibir ofertas más lucrativas que las que podían ofrecerles los de San Francisco, pero esta situación podría agravarse aun más el verano que viene. Así al menos lo cree Joe Lacob, propietario de la franquicia, que ha reconocido que es consciente de que será difícil mantener intacto el núcleo de la plantilla en 2023.
«Va a ser complicado» afirmó en unas declaraciones para Tim Kawakami, periodista de The Athletic. «No voy a mentirle a la afición, va a ser muy difícil gestionar lo que tenemos que hacer el año que viene. Este año, no obstante, estamos bien».
Lacob habla acerca del estado contractual de Green, Wiggins y Poole, que tendrán que afrontar sus respectivas negociaciones en un equipo cuyo gasto salarial está ya por las nubes. Draymond podría aplazar su situación un año, pues cuenta con una player option por valor de 27 millones de dólares, pero los casos de Andrew y Jordan sí son inaplazables y obligarían a Golden State a realizar una inversión masiva (no solo en cuanto a salarios sino también en impuesto de lujo) para garantizar su continuidad.
Si algo facilita que ambos formen parte de la plantilla actualmente es el hecho de que Poole continúa aún bajo su contrato de rookie, pero esto dejará de ser así en 2023. Sea como sea la extensión que firme el escolta, es obvio que será muy superior a los 3,9 millones de dólares que recibirá este curso, y con un Wiggins cada vez más revalorizado es posible que sea inasumible dar a ambos la cantidad que pidan.
«Nos encantaría que ambos siguieran. Pero en un equipo como el nuestro con tres jugadores que han formado parte del mismo durante tanto tiempo, surgen estos problemas a largo plazo» finalizó.