James Harden salió por la puerta de atrás del megaproyecto, a la postre fallido, de los Brooklyn Nets y en los 76ers no había colmado las expectativas, de nuevo decepcionante, hasta que la pasada madrugada fue por fin el jugador clave en la victoria (108-116) frente a los Miami Heat que permite a los de Philadelphia empatar la serie a dos triunfos.
El jugador californiano había hecho unos playoffs discretos hasta la fecha, pero en el cuarto partido frente al conjunto de Florida se reivindicó. Harden, máximo anotador con 31 puntos en el Wells Fargo Center, además de dar nueve asistencias y coger siete rebotes, estuvo acompañado de Joel Embiid, jugador franquicia que aportó 24 puntos y 11 rebotes.
El momento decisivo del partido llegó en el último cuarto, cuando ‘la barba’ anotó 16 puntos con 4 de 6 en triples. Harden fue la pieza imprescindible para los Sixers, aunque el pívot camerunés, ausente por lesión en los dos primeros partidos y que aún juega con una máscara protectora, dio un gran impulso al equipo.
Por su parte, los Heat, el conjunto con el mejor balance del Este en la temporada regular, contaron con un Jimmy Butler fabuloso que consiguió 40 puntos (13 de 20 en tiros) y 6 asistencias. Sin embargo, el equipo de Erik Spoelstra se desangró desde el triple con un triste 7 de 35 y se vio superado en muchas partes de la velada por la defensa local.
También echó en falta la mejor versión de jugadores fundamentales en su esquema como Tyler Herro (11 puntos con 4 de 12 en tiros) o Kyle Lowry (6 puntos con 3 de 10 en tiros). Esta semifinal del Este regresa ahora a Miami, donde el martes se jugará el quinto partido.
Los Mavericks aprovechan el día aciago de Chris Paul
También empataron su semifinal del Oeste los Dallas Mavericks ante los Phoenix Suns con una victoria por 111-101 cimentada en su espléndido acierto en el triple (14 de 24 en la primera mitad) y el terrible día de Chris Paul. Solo dos días después de cumplir 37 años, el base de los de Arizona fue eliminado por faltas cuando quedaban 9 minutos por jugarse del último cuarto
Paul firmó firmó un partido para el olvido en el que solo sumó 5 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias en nada más que 23 minutos en pista debido a sus problemas con las personales. Al descanso ya llevaba cuatro faltas, algo que no le había sucedido jamás en sus 17 temporadas en la NBA.
Frente a la pesadilla de Paul, Dorian Finney-Smith vivió su tarde soñada en los Mavericks con 24 puntos y un tremendo 8 de 12 en triples. Luka Doncic consiguió 26 puntos, 7 rebotes y 11 asistencias, pero quizá la señal más esperanzadora para el futuro de la serie de Dallas es que no necesitaron una versión sobrehumana del esloveno en la anotación para llevarse este cuarto encuentro.
«Él es uno de los mejores bases que la liga ha tenido. Su mentalidad es de locos, la manera en la que ve la pista, su inteligencia es increíble (…). Si los Suns no tienen a Paul es mucho más difícil para ellos, desde luego», explicó Doncic tras el cuarto partido ante los Suns.