En la víspera de iniciar otra postemporada, los Atlanta Braves siguieron asegurando su arsenal de cara al futuro.
Los reinantes campeones de la Serie Mundial pactaron un contrato de $75 millones y seis años con el pitcher novato Spencer Strider, la más reciente firma a largo plazo de fichas que conforman su joven núcleo.
Strider, un derecho que recién este mes cumplió 24 años, firmó la extensión de contrato tras realizar apenas 33 aperturas en las Grandes Ligas. Pero no tardó en convertirse en uno de los jugadores más populares del club con su recta de 100 mph y un notable bigote.
Strider dijo que se inclinó por firmar debido «al compromiso de ganar que se tiene no sólo para el presente, sino para el futuro» con el grupo de jugadores de los Bravos.
«Eso tiene mucho significado para mí», añadió.
Los Bravos anunciaron la extensión un día antes que abran la serie divisional de la Liga Nacional contra los Filis de Filadelfia y menos de dos meses después que Atlanta firmó a otro novato, el jardinero Michael Harris II, con un contrato de $72 millones y ocho años.
El acuerdo de Harris incluye un par de opciones del club que podrían elevar el valor a 102 millones en 10 años.
Además en agosto, los Bravos firmaron a Austin Riley con un contrato de $212 millones y 10 años que entrará en vigencia de 2023. Fue el pacto más lucrativo en la historia de la franquicia, pese a que al tercera base aún le quedaban tres temporadas para alcanzar la agencia libre.
Las firmas de Riley, Harris y Strider reflejan filosofía de los Bravos de atar a sus jóvenes figuras con contratos a largo plazo a pesar de que están bajo control del club por varios años.
El jardinero venezolano Ronald Acuña Jr. quedó atado con los Bravos hasta 2027, en tanto que el segunda base Ozzie Albies firmó un contrato muy debajo del valor de mercado y que le mantendrá en Atlanta por tres temporadas adicionales.