La oficina de derechos humanos de la ONU expresó el sábado su preocupación por el aumento de la violencia en la capital de Haití y dijo que 99 personas han muerto en enfrentamientos recientes entre bandas rivales solo en el distrito de Cite Soleil.
El reporte se conoció horas después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que renovó el mandato de una oficina de Naciones Unidas en la nación caribeña y pide a todos los países que detengan la transferencia de armas pequeñas, armas ligeras y municiones a cualquier persona que apoye la violencia de las pandillas y la actividad criminal.
Las agencias humanitarias de la ONU dijeron que estaban listas para ayudar a las comunidades en conflicto una vez que sea seguro hacerlo. Jeremy Laurence, portavoz del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, puso de manifiesto esos peligros.
“Desde enero hasta finales de junio, hemos documentado 934 asesinatos, 684 heridos y 680 secuestros en toda la capital”, dijo el sábado. Además, “del 8 al 12 de julio, al menos 234 personas más murieron o resultaron heridas en la violencia relacionada con pandillas en el área de Cite Soleil” de la capital Puerto Príncipe.
Destacó que la mayoría de las víctimas “no estaban directamente involucradas en pandillas”, sino que fueron atacadas por ellas.
Laurence hizo un llamado a las pandillas para que detengan la violencia, al tiempo que instó a las autoridades haitianas a garantizar que los derechos humanos fundamentales sean prioridad en sus respuestas a la crisis. “La lucha contra la impunidad y la violencia sexual, junto con el fortalecimiento del monitoreo y la denuncia de derechos humanos, deben seguir siendo una prioridad”, agregó.
La resolución del Consejo de Seguridad redactada por Estados Unidos y México fue aprobada 15-0 el viernes. En ella se exige el cese inmediato de la violencia de las pandillas y las actividades delictivas, un punto destacado por China.
La advertencia de la oficina de derechos humanos de la ONU ocurre un año después del asesinato del presidente Jovenel Moïse. Desde el magnicidio, los hechos violentos han ido en aumento en Haití debido a la disputa de territorios entre las pandillas, y el gobierno ha pasado apuros para contenerlas.
La investigación y los procesos judiciales llevados a cabo en Haití sobre el asesinato “parecen haberse estancado”, denunció la ONU el pasado 7 de julio.
A través de un comunicado, la misión de la ONU en Haití consideró “urgente” que se pongan a disposición de la Justicia haitiana los medios necesarios para avanzar en la investigación y que los responsables del asesinato sean llevados ante la Justicia.
Naciones Unidas recordó que el caso ha estado en manos de cinco jueces, sin apenas avances.
Asimismo, apuntó que desde que se cometió este crimen, la creciente inseguridad, ligada a la proliferación de actos de violencia cometidos por bandas armadas, ha aterrorizado a los ciudadanos haitianos y ha acaparado el debate público en un contexto donde los desafíos que enfrenta el país aumentan día a día.
La ONU ha estado involucrada en Haití de manera intermitente desde 1990, y su última misión de mantenimiento de la paz en el país fue de 2004 a 2017. La misión política ahora allí asesora al gobierno sobre estabilidad política y buen gobierno.