El 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, una efeméride oficial proclamada por las Naciones Unidas en 2009.
El Día Internacional de la Madre Tierra se celebra desde el año 1970 con el objetivo de concienciar a la humanidad sobre los problemas generados por la superpoblación, la contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales.
El primer antecedente del Día de la Tierra se retrotrae a 1968 cuando el Servicio de Salud Pública de EEUU organizó el Simposio de Ecología Humana para que estudiantes de diversos lugares escucharan a científicos hablar sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana.
El calor extremo, los incendios forestales, las inundaciones y otros eventos climáticos han afectado a millones de personas. Aún a día de hoy nos enfrentamos al COVID -19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.
El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta.
Este día de la Madre Tierra es el primero que se celebra dentro del Decenio de la ONU para la Restauración de Ecosistemas. Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes. Restaurar aquellos que están dañados ayudará a acabar con la pobreza, a combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva. Pero sólo lo conseguiremos si todo el mundo pone de su parte.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres expresa en conmemoración a la fecha que “Hoy, la Tierra se enfrenta a una triple crisis planetaria, la alteración del clima, la pérdida de naturaleza y biodiversidad,la contaminación y los residuos y esta triple crisis amenaza el bienestar y la supervivencia de millones de personas en todo el mundo”.
En ese orden explica que los componentes básicos de una vida feliz y saludable -agua limpia, aire puro, un clima estable y predecible- están sumidos en el caos, lo que pone en peligro los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Agrega que para poder alcanzar el objetivo de 1,5 grados, los Gobiernos tendrán que reducir las emisiones en un 45 % para 2030 y lograr la neutralidad en carbono para 2050.
En ese sentido a partir de este año, los principales responsables de las emisiones deben reducirlas drásticamente, esto significa en palabras de Guterres que debemos apresurarnos a poner fin a nuestra dependencia de los combustibles fósiles y acelerar el despliegue de energías renovables limpias.
Recordemos hoy más que nunca en este Día Internacional de la Madre Tierra que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta.